miércoles, 21 de diciembre de 2011

In-potencia

Definición de impotencia:
"Falta de poder para hacer una cosa"
Impotencia no sólo es una palabra, es una de las sensaciones más terribles, por lo que te provoca en la cabeza.
Porque se produce después de una acción que no tiene vuelta atrás, no puedes cambiar el pasado.
Otro día será otra cosa, pero no olvidarás el día en que no llegaste a hacer lo que piensas que deberías haber hecho.
Impotencia es una sensación que engloba lo que siento y lo que no he podido evitar.
Es tan cruel que te recorre el cuerpo para volver a subir a la cabeza.
Te conviertes en herbívoro, regurcitas una y otra vez la situación y la sensación siempre es la misma.
La respuesta también: si hubiera hecho...NADA, no te engañes.
Si un problema tiene solución no es un problema, si no la tiene, es un callejón sin salida.
La impotencia es otra cosa, es no saber dar respuesta, es no poder, sentirse inferior, no llegar a las expectativas, no poder resolver, quedarse atascado.
Te sientes impotente porque te crees responsable de algo que no puedes evitar.
A veces las cosas salen así.
La impotencia es una mierda que la pisas y ya está, la has pisado, ahora intenta limpiarla y que el mal olor no llegue a los demás, que no te identifiquen como un pisa-mierdas.
Y si no, sonrie a la galería, dicen que pisar mierda trae buena suerte.

Si la mierda fuera oro la impotencia sería un tesoro.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Pide un deseo

Me dijeron que si pasaba por una plaza 3 veces haciendo un círculo se cumpliría un deseo, pero sólo uno.
No soy supersticiosa, pero... total, no cuesta dinero.
Así que me encaminé hacia allí diciéndome a mí misma: "mira que eres tonta, ahora vas a creer en esas cosas"
Por el camino me encontré con un amigo que me preguntó (por preguntar algo): "¿qué haces por aquí? ¿Para dónde vas?"
Como no se me da muy bien mentir le dije: "Voy a la plaza, para hacer unas cosas...en fin, ya te contaré".
El ya te contaré implica hablar en otro momento, así que ahí quedó la conversación, con lo que me sentí más tonta aún pensando en lo que podría contarle para que no se riera de mí.
Por fin llegué a la plaza; pero claro, como había pensado que era una tontería no había meditado sobre el deseo.
- "Anda que si se cumple"-pensé.
Es como hacer la primitiva, y si te toca.....
- "Y ahora que pido, vaya marrón, vengo hasta aquí sin tener las ideas claras"
Hice un repaso rápido a mis prioridades:
"tener mucho dinero, encontrar el trabajo de mi vida, no, mejor, vivir sin tener que currar o no tener un accidente ni una enfermedad mortal, tal vez ser feliz...
ser feliz es tan efímero...¿y si no me gusta ser feliz? no tener problemas, no plantearme dudas, no utilizar mis recursos, esos que ni yo sabía que tenía....ser feliz ¿será como ser idiota a tiempo completo?...paso."
- ¿Qué es lo que deseo en lo más profundo de mi misma?- intenté centrarme.
Dí las 3 vueltas a la plaza, pensando, otra vez, que era una tontería y repitiendo mi deseo, no tenía nada que perder.
En el fondo soy así, sólo quiero vivir... siendo yo misma.

Hay que tener cuidado con lo que se desea, tal vez se cumpla...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Secretos

¿Guardas algún secreto?
Un secreto es la práctica de compartir algo entre 2 o más personas, en la que se esconde información a personas que no están en ese grupo. El secreto lleva asociada la confianza.
Cuando un amig@ te cuenta algo, hay rangos de valoración:
- Lo que puedes contar a tu pareja
- Lo que puedes contar a un amig@ común.
- Lo que puedes contar a todo el mundo.
- Lo que no puedes contar a nadie.
Si un amigo confía en tí y no tienes criterio, los demás temeran contarte algo porque será como publicarlo en  prensa.
Pero siempre hay cosas que empujan por salir.
Hay secretos que no puede cargar uno sólo con ellos y otros que necesitan otro punto de vista; necesitan más cómplices de la información.
Tenemos secretos de 2 tipos (entre amigos):
1.- En los que sólo tú sabes lo que hiciste.
2.- En los que 2 o más (pero pocos) sabeís lo que pasó.
Los segundos son más divertidos porque tienes cómplices, los demás pueden pensar o decir lo que quieran, pero sólo vosotros sabéis lo que ocurrió.
Ser cómplice implica una relación especial, algo que te une a una persona para siempre, algo que siempre recordarás asociado a ese alguien aunque os distancieis.
En el primer tipo tienes algo que ocultar a los demás, si no tienes cuidado se puede convertir en otra cosa : simplemente quedarse en una verdad a medias o caminar toda la vida en la cuerda floja.
Hay secretos a voces, secretos de familia (esos ni tocarlos), secretos camuflados (medias verdades) y secretos que nunca nadie sabrá fuera del círculo sagrado del secretismo.
Es divertido pensar que en el país del cotilleo siguen mandando las apariencias.
No te preocupes amigo, tus secretos están a salvo conmigo mientras seamos amigos, después, ya se verá de qué pelaje somos cada uno.

Ya lo decía La Polla: " Eres muy libre si quieres confiar, sólo un amigo te puede traicionar"

lunes, 5 de diciembre de 2011

Retórica marina

Sentada en la arena, mirando el mar, pienso en el movimiento contínuo.
El mar aunque parezca en calma se mueve por dentro, está lleno de vida.
Vida como la nuestra, aunque estemos en reposo nunca paramos, nuestro cerebro continúa trabajando, nuestro organismo se renueva mientras pestañeamos mirando al vacío;siempre estamos en movimiento aunque parezca que estamos quietos.
Quietud, es un remanso de agua en la orilla de la playa, una piscina dócil, de aguas fáciles, como cuando nos relajamos y bajamos nuestras defensas.
Defensas necesarias ante lo que tememos, lo que nos da miedo, ejércitos contra ciudades, contra pueblos, contra personas, contra lo difente, lo desconocido.
Desconocido es alguien con quien me cruzo por la calle, es mi vecino, es mi amigo, a veces, soy yo mismo.
Y aquí sigo, contemplando las olas, escuchando su sonido, las mareas son como la vida, tratamos de comprenderlas, pero nos son desconocidas, avanzando y retrocediendo, pero siempre en movimiento.
Movimiento que hace que avance aunque no quiera, que madure, que aprenda de lo vivido, que vuelva mi vista al mar y me deje llevar por su sonido, mientras todo sigue cambiando en todas partes, aquí mismo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Discurso

Tenía tanto que decir respecto a tantas cosas que las palabras se me amontonaron y al final no pude decir nada.
Pensando en expresar la gran verdad lapidaria no sé por donde empezar.
Escucho hablar a gentes que dicen grandes palabras, todas muy bien enlazadas, pero al final, no sé de que me hablan.
Está bien utilizar extrañas palabras, colocarlas en su sitio...una pulcra redacción...pero si el que escucha no lo comprende, todo se queda en ruido de fondo.
Si no me queda claro el concepto sólo escucho diarrea verbal, perdón, verborrea.
Hay tanta gente que habla al vacío, lanzando consignas bien-sonantes, que creo que hacen sus discursos pensando en la canción del verano, para que el público pueda corear sus estribillos.
Pensando en transmitir una verdad común a muchos me doy cuenta de que las palabras no nos pueden enredar en una tela de araña, atrapados en los conceptos.
Hay que resumir los principios y hacerlos comprensibles, la vida es una sola cosa, simple: vivo;
compleja: a pesar de todo, sigo viviendo.
Soy mi voz y su eco, no sé hasta dónde llega, no puedo cuantificar su progreso en otras mentes.
Concluyo: no existe la gran verdad lapidaria, por lo tanto seguiré diciendo lo que me de la gana.
Es el privilegio de quien no espera nada.

Aquí dejo mis palabras para quién quiera escucharlas, para quién quiera interpretarlas.


En mi cabeza caben todos los colores


jueves, 17 de noviembre de 2011

Religiones-Estado

Si el cielo es como la tierra y la tierra como el cielo ("así en la tierra como en el cielo"), ya entiendo el concepto de Autonomía político-religiosa.
La tierra está compartimentada en autonomías, regiones, estados, paises,...
Y el cielo en católicos, protestantes, mahometanos, budistas,...
Estado Vaticano es la referencia.
El problema es que si yo me declaro agnóstico o ateo y mi familia es católica o budista, cuando me muera ¿me van a destinar a un territorio diferente en el cielo?

 No me mola, a mí me gustaría juntarme con los míos, aunque pensemos diferente, sabemos respetarnos.
Sería como si en el cielo nos encontráramos un muro de Berlín religioso, una franja de Gaza.
Qué poco sentido tiene que en la tierra unos luchen por la igualdad como personas y haya una mayoría que "tanto en la tierra como en el cielo" piensen que debemos estar separados...no sea que nos contagiemos.
Mi química orgánica me hace común a todo el mundo, la física me dice que todos estamos más o menos en el mismo punto (la tierra), mi adn me dice que soy distinto (único) pero no diferente.
Todo depende de factores externos: soy católico y negro, nacido en Nigeria; van y me destinan al mismo cielo en que está Hitler; pero si soy blanco, ateo y nacido en España...pues al territorio celestial donde está Stalin (se llevará bien con Durruti???)
No tengo muy claro si quiero pertenecer a algún cielo, o a alguna autonomía, pero eso es algo que otros deciden por mi; sólo por nacer en un lugar.
Al final el limbo tendrá que volver a existir para que vayamos los que no sabemos donde colocarnos (a los que no nos dejan entrar por no llevar el calzado adecuado).

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cucu- tras

Tener un defecto oculto te convierte en un encubridor.
Tratas de ocultar aquello que piensas que la sociedad no va a aprobar, a la vez que no apruebas que la sociedad dicte los cánones, no ya de la belleza, sino de la realidad perfecta, de lo que está bien y está mal.
Sin embargo, vives bajo sus dictámenes, y lo peor, es que si te descuidas, acaban siendo los tuyos.
Tratas de revelarte contra sus normas respetando los márgenes de las mismas.
Debes reconocer que eres un ser social, pero vives en un mundo que han construido otros, vives en una realidad manipulada.
Puedes decidir adaptarte o convertirte en un camaleón, mimetizándote para que no te descubran.
Ser el bicho raro puede ser atrayente, pero ya sabes que las moscas están por todas partes y acaban dejando su rastro. 
A mí... me gusta jugar al escondite, pero ¿no harán los demás lo mismo, sólo que no nos escondemos en el mismo sitio????

lunes, 31 de octubre de 2011

Poema enciclopédico


Las palabras son más que su significado, a veces, todo tiene relación...podrás encontrarla???

jueves, 27 de octubre de 2011

Ruinas

A veces veo ruinas donde sólo hay monumentos, mi vista me engaña o me engaña mi cerebro.
Todo lo que veo es real desde mi punto de vista imperfecto.
Nuestro actos perviven en la historia y se acaban convirtiendo en una exhibición turística.
Veo alguno de nuestros monumentos patrimonio de la "humanidad" y se me encoge el estómago pensando en lo que allí ocurrió.
Somos capaces de sacar de los ataúdes a los muertos y pasar ante ellos sin presentarles nuestros respetos; pasan a ser otro objeto para fotografiar sin conocer su historia (Lenin, Mao,Tutankamon...). No te olvides de sonreir, él no puede pero tú si...y compra algo en la tienda de recuerdos, el circo debe continuar.
La exageración de los monumentos y de los mausoleos de los grandes dictadores intenta despistar nuestra atención, cuándo sólo tratan de engrandecer aquello que nunca debió ocurrir.
Vemos monumentos que nunca debieron existir, monumentos a la debastación y el holocausto.
En realidad, son sólo ruinas de la humanidad.
Tal vez sea la evolución del ser humano lo que no comprendo, vamos sembrando de ruinas nuestro camino.

miércoles, 26 de octubre de 2011

La niebla

Me gusta la niebla.
Aunque me da miedo y frio.
Es el vértigo sin parque de atracciones.
El miedo sin casa del terror.
El silencio sin reunión de mudos.
Todo se vuelve tétrico, avanzas casi sin saber dónde estás.
Tus pasos retumban en la noche cerrada.
Entrar en la niebla y perderse en el mundo, sacar los fantasmas y desfilar ante ellos.
La niebla es para ahondarse en ella, pero en compañía.
Para agarrarse a un brazo en el que confías.
Que te saque de allí, que borre tus miedos cercanos y lejanos.
Me adentro en la niebla temiendo que lo que haya detrás no es lo que espero encontrar, temiendo encontrar lo que más miedo me da.

domingo, 16 de octubre de 2011

La princesa que no quería vivir en un cuento

Hubo una vez una princesa que no quería vivir en un cuento, pero es lo que le tocó.
El príncipe asignado tampoco era de su agrado, pero la ley mandaba que tenía que casarse con él.
La princesa se resignó, pero se permitió seguir soñando.
El cuento continuaba en un lugar donde en teoría todos debían ser felices, no era así, pero guardaban las apariencias.
La princesa había tenido una estricta educación al respecto.
Un día llegó un caballero, en realidad ya estaba antes allí, pero no le tocaba salir en el cuento.
Este caballero luchó contra dragones y aguantó muchos tostones de las viejas del lugar.
Al caballero le hubiera gustado llegar a tiempo, con eso de la lucha de dragones y que el rey de premio le otorgara la mano de su hija, pero llegó tarde.
Lo que pasó es que todavía no era caballero cuando logró tantas hazañas y las leyes son como son.
Pero resulta que un día se encontraron la princesa y el caballero en un río, se estaban bañando así que allí no había ni coronas ni escudos.
Cuando se cruzaron sus miradas se reconocieron, no como lo que eran sino como lo que siempre habían estado buscando.
Desde entonces no se pudieron separar.
No vivieron su historia en el cuento, no está bien visto, pero siguen viviendo entre las líneas de todos los cuentos escritos.
¿Quieres que te cuente otro cuento?

Noche de perros

Es de noche.
La ciudad duerme, o eso parece.
Hoy no hay perros que ladren a la luna, será que hay luna nueva.
Pero siempre hay perros vigilantes.
No me dan miedo los perros, pero sí su ira.
Vomitan su rabia contra los demás, tienen ese privilegio.
Se creen Dios, pero son demonios, gente contra gente.
Seres numerados que se escudan tras su código de barras.
Contradicción y unidad frente a un uniforme: "nosotros te protegemos pero también debes temernos".
Son como el Dios de la Edad Media, pero éstos no son estatuas de escayola.
Son nuestros Dioses constitucionales,somos politeístas, nosotros que nos creíamos ateos.
 ¿Si me tatúo mi d.n.i. seré inmune a su ira?

sábado, 8 de octubre de 2011

El silencio de las palabras

Hablar o guardar silencio.
Decir algo, no decir nada o decirlo todo con la mirada.
No necesito hablar, abro la boca y no sale nada, silencio.
Palabras, unas encima de otras, atropelladas.
Palabras que no dicen nada.
Silencios que no hablan, aguardan. Esperan el momento de decir la palabra.
Una palabra que lo diga todo.
Una palabra para estar de acuerdo,
una palabra gritada al viento, al tiempo.
Espera...no se oye nada.
Mis pensamientos no hablan,
dicen todo sin pronunciar palabra.
Conocen el mundo, lo interpretan, escuchan sus palabras:
oraciones reflexivas, transitivas, subordinadas,
unas y otras se entrelazan.
Las ideas mueven el mundo,
si no las expreso no valen nada.
Pero, a veces, se quedan en sólo palabras,
a veces, es mejor guardar silencio. 
El silencio también habla.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Carnaval en el metro

- ¡Vaya pinta que tienes!
-¿Me dices a mi?
-¿Tú te miras en el espejo antes de salir?
-¿Para qué? Si ya se lo que me vas a decir.
-Con esas pintas asustas a la gente, nadie querrá acercarse a tí.
-No me importa, mamá. Llegaré tarde.

Eulalia, Uli- las amigas habián tenido piedad con su nombre- bajó las escaleras del metro, como cada día, pero ésta vez en dirección a la fiesta.
En el recorrido intentó pensar en las palabras de su madre, las de siempre.
Daba igual que llevara el uniforme del trabajo, que saliera de fiesta o que fuera de excursión, ella siempre menospreciaba su aspecto.
Según ella debería vestirse como una "señorita", llevar la ropa de trabajo en una mochila y cambiarse al llegar, vestirse "con propiedad" para cada momento. (Propiedad y aspecto, que absurda relación de palabras)
Uli seguía pensando en el vagón del metro, no sobre el sentido de la vida, sino sobre lo absurdos que somos al identificar a una persona por su ropa.
Tengo un uniforme, cada día uno distinto: el del curro, el de salir, el de los conciertos, el de la piscina, el de las reuniones familiares,...
Me cruzo con cientos de personas cada día y me doy cuenta que todos me identifican por la ropa que llevo puesta en cada momento.
Paso de ser una repartidora de propaganda a ser una señorita respetable que acude a un restaurante, sólo con ponerme un vestido blanco con flores. Si me pongo tacones y me maquillo me abren la puerta de los lugares más selectos.
En un concierto casi nadie te mira, pero quien lo hace repara en mi camiseta negra con un breve mensaje "fuck you all", no es nada personal, es que me da igual lo que piensen o hagan los demás.
Este momento, que llevo puesto lo que me apetece, me doy cuenta de las miradas de rechazo.
La gente me mira y me cataloga.
Parece que si pueden colgarte una etiqueta se relajan, "es un pijo, un currito, un estudiante,..."saben lo que eres, lo que aparentas, ya pueden pensar en otra cosa.
Si no eres como yo eres diferente-pensaría yo- pero ellos piensan: "eres mi enemigo, eres peligroso".
Antes de bajarse en su parada Uli echa la vista atrás, los habitantes del metro la siguen mirando.
Piensa en cómo se deben sentir los negros, los punkis con cresta, los desterrados,...
Al final, lo importante es elegir el disfraz que te vas a poner antes de salir de casa.
Debe coincidir con la opinión de quienes te rodean, aunque no sea la tuya.
Uli concluye que tiene un problema, vaya donde vaya la mirarán aunque no quiera.
No será por sus tatuajes, que no tiene. Tampoco lleva piercing; sólo es que la gusta vestir a su manera.
Hace tiempo que colgó los imperdibles y los cuadros escoceses, también los pelos de colores -en su curro no lo ven bien-.
Ahora viste de negro, siente que está de luto por la sociedad en la que vive.
Es muy triste que cada día sea carnaval para el 80% de la humanidad. Mientras tanto, aquí seguimos.
Uli baja del metro en su estación, sabe que según baja comienzan los comentarios.
Es inevitable.
Recoge su larga melena blanca en una coleta y mira hacia atrás desafiante.
Ha aprendido a convivir con las miradas de soslayo, con la falsa aceptación.
Ha aprendido a mirar al frente, hacia adelante, atrás sólo queda el camino andado.
También ha aprendido a mirar a los ojos de la gente, sabe que su uniforme, su disfraz, es temporal.
Todos acabamos desnudos en algún momento, aunque sólo sea en la ducha (el baño de tu casa siempre es un refugio) entonces no tienes a quién vender tu disfraz.
Uli busca esa desnudez, el alma.
Aunque sabe que hay quien ni desnudo se quita la máscara.
Uli tiene una ventaja y un incoveniente, por eso todo el mundo la mira.
Uli nació disfrazada.



 

domingo, 25 de septiembre de 2011

Dudas y miedo


Si la duda y el miedo se mezclan hacen un cóctel explosivo.
El miedo nos hace dudar, las dudas nos hacen tener miedo.
El miedo te hace débil; aunque creas lo contrario cuando apoyas los pies con fuerza en el suelo.
El miedo sin enemigo, la imaginación creando dudas como referencia, hacen que te pierdas en un laberinto que tú mismo has construido.
El miedo es libre, más libre que tú. El miedo corre y te arrastra sin rumbo.
Tenemos miedo a la muerte y a la vida, a la decepción y al fracaso.
Tenemos miedo a lo conocido y a lo desconocido.
Tenemos miedo a dudar de nuestras decisiones; y si me equivoco en lo que he decidido?
Sabemos que equivocarse es de sabios, pero no alcanzamos a reconocer que nuestros errores nos ayudan en nuestro camino.
No nos damos cuenta que un error es un impulso para avanzar en cualquier camino, el cualquier ámbito de nuestra vida.
Segregamos, disgregamos, hacemos ghetos de pensamientos, de situaciones, todo vale para cercar una idea, pensamos "seguro que tiene algo malo para alguien; para mí"
Dudamos de los demás, de su verdad, su confianza, su cariño.
Dudamos de nosotros mismos, de nuestros valores, de lo que ofrecemos al mundo.
Dudamos de lo que tenemos cerca, de lo que queremos, de lo único que tememos perder.
El verbo dudar debería estar prohibido, debería ser anticonstitucional.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Día positivo

Me gusta el olor que desprende el calor de la ropa recien planchada.
Me gustan las rosas moradas.
Me gusta despertarme y darme media vuelta en la cama mientras decido si me levanto o sigo durmiendo.
Me gustan los regalos fuera de fecha.
Me gusta tener opciones y poder no elegir ninguna.
Me gusta lo verde, el campo y las manzanas.
Me gusta la cuidad, ser anónimo entre mucha gente.
Me gusta que me reconozca quién yo quiero y que me conozca la gente a la que quiero.
Me gusta la ambigüedad porque es dar libertad a la imaginación.
Me gusta que la gente se acerque a mí porque así evito el miedo de acercarme a los demás.
Me gusta ver el lado divertido de la vida y convertir un problema en una comedia absurda (no lo solucionas, pero las risas ya no te las quita nadie)
Me gusta imaginar que hago feliz a mi gente.
Me gusta sentirme bien sin más, sin motivo, pero por muchas razones.

martes, 13 de septiembre de 2011

Destino: el mundo

El silencio me relaja, a veces.
El ruido me une con el mundo.
Encendemos la radio, la tele, para confirmar que no estamos solos.
Confirmo que estoy viva y no soy la únicca, con el ruido que viene del exterior.
De ésta manera reafirmo mi necesidad de contacto con el mundo.
Camino entre gente desconocida, pero viva (eso creo). Nos reconocemos.
Sabemos que vamos por los mismos caminos, pero, a veces, el instinto del depredador que sabemos que el otro también lleva dentro, nos hace alejarnos, nos damos miedo.
Aún así nos necesitamos. Los bares son una excusa para mezclarnos, también para confundirnos, mirarnos, hablarnos.
Tal vez seamos el nuevo Anticristo porque somos Legión; todo en uno, lo bueno y lo malo, lo hecho y lo pendiente, el odio y el amor, los extremos que no queremos reconocer como propios y que nos son dados.
La libertad y la represión a la que nosotros mismos nos replegamos por temor a expresar lo que sentimos, lo que somos.
Somos uno, somos todos, no somos hormigas aunque nos obliguen a vivir como ellas.
Somos las abejas del panal, producimos, reproducimos, estamos dentro pero estamos fuera de la sinrazón de nuestra colectividad.
Necesito gente a mi alrededor, aunque vaya en dirección contraria. Tal vez alguien se de la vuelta, sienta curiosidad y se despierte, no en mi realidad sino en la suya, y sea capaz de pararse y mirar y ver dónde está.
No hay una verdad absoluta, el buen camino hace tiempo fue eliminado de los mapas (no había presupuesto para la carretera), no tenemos un GPS marcando nuestro destino.
Pero sabemos lo que necesitamos y si tenemos suerte, dónde encontrarlo.
Suerte, amigo.


jueves, 8 de septiembre de 2011

No quiero ser tú

Todos diferentes, todos iguales...bonito slogan.
¿porqué tenemos que ser todos iguales?
Todos homogéneos, como clones.
Todo rectitud y respeto.
No quiero ser igual que mi vecina, quiero ser diferente, porque lo soy y promulgo mi derecho a la diferencia.
Ser diferente no me convierte en un bicho, soy una persona, todos somos personas...perdón, algunos, animales con piel de persona. Nos diferenciamos del resto de animales (entre otras cosas) en que podemos controlar nuestros instintos.
Pero, en ocasiones, yo no quiero controlar mis instintos, quiero ser animal y dejarme llevar por el momento.
Reclamo mi derecho de independencia personal frente a los estados, gobiernos y fuerzas de seguridad.
Reclamo mi derecho a la opinión sin contrastar, como ser humano tengo derecho a equivocarme y lo quiero ejercer.
Como rata de ciudad registrada con nº gubernamental pido que me dejen en paz y si no se respetan mis derechos quiero protestar, sobre todo molestar: a los bienpensantes, estirados, trajeados, misses, vecinos cotillas, cabezas cuadradas, a los del otro equipo...y a todo el mundo en general.

La nausea flotante

Estoy harta de escuchar:
"Siempre queda por encima, como el aceite"
Y cuantas veces me quedo con las ganas de decir:
¿Sabes que la basura, la mierda, también flota?
Cuando la estupidez flota en el ambiente, todo justifica la estupidez.
Nos llenamos la boca engrandeciendo actos que no piden justificación y que, a veces, no entendemos, pero "queda bien" "cómo molamos".
Sólo la rabia y la decisión nos hacen avanzar por el camino adecuado, aunque estemos equivocados, sale de dentro, nos motiva a seguir adelante.
Nadando entre la mierda sólo puedes avanzar, escapar, o pudrirte en el confortable hedor de tu flotabilidad.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Un día en la memoria

Fosa común
Rezando antes de matar



Conozco la historia y sus manipulaciones.

Quién tiene el conocimiento tiene el poder, debo ser Dios.




Encontraron otra fosa común; nunca encontraron una llena de curas.
Es curioso que la propaganda y los discursos dijeran lo contrario.
Una vez leí en alguna parte: "Los comunistas mataron curas, los fascistas a todos los demás"
Los hechos,de momento, no dicen lo contrario.
Pero tú difama, que es gratis, quién tiene el poder tiene la venganza.

Escarbo en la tierra esperando encontrar mis huesos, los huesos de mi memoria.
Nunca antes había estado bajo tierra, la humedad y los gusanos me repugnan.
Pero por más que remuevo sólo encuentro miseria a mi alrededor.
Ahora siento miedo; de repente me convierto en un Dios temeroso de los hombres y de su poder depredador.
Sabes por qué murieron los dinosaurios, pero tus antepasados están enterrados en tierra de nadie, esperando que un paleontólogo los desentierre y recuperes la memoria.
Nuestros genes no están programados, sino ¿por qué te olvidas de tu pasado que marcará tu futuro?
Sólo nos interesan las taras. Soy el Dios tarado.
Hablo y me miran como a un loco:
- "Seguidle la corriente y callará"
Pero los huesos me hablan desde el otro lado.
No puedo hacer nada por los muertos que andan, siguen un camino marcado por la programación de una cadena de televisión.
La vida sigue, estamos rodeados de zombies sin memoria.
Sigo siendo Dios, pero nadie me adora porque soy terrenal.
¡ A la mierda vuestros Dioses invisibles! Son incapaces de hacer que recobreis la cordura.
Sigo mi camino, no me queda más remedio que seguir avanzando, caminando entre esqueletos, del presente, del pasado.


A Dios rogando...


lunes, 29 de agosto de 2011

Sentimientos de piedra

Los sentimientos son como piedras, una vez que los sacas fuera son contundentes, reales.
Es como tirar una piedra, grande o pequeña, pero ahí está, visible, tangible y a la vista.

Mientras los tienes dentro son plastilina, puedes transformarlos, hacerlos más grandes o pequeños, esconderlos, convertirlos en otra cosa e, incluso, olvidarlos o perderlos; pero sobre todo son invisibles para los demás, lo que no dices no es, no existe.
Hay que tener cuidado antes de expresar un sentimiento, porque ahí queda, ya no lo puedes cambiar.
 Más tarde podrás expresar otro distinto, diferente, todo lo contrario, pero también quedará ahí, otra piedra que has soltado, alguien puede tropezar con ella.
El otro día me tropecé con un "te quiero", pero era mentira, era plastilina por dentro.