jueves, 4 de abril de 2013

Blanco sobre blanco

Me desperté de repente y ví que la puerta de la calle estaba abierta.

Me levanté... y me dí cuenta de que me faltaba una zapatilla, no sabía si darme la vuelta a buscarla o avanzar así, de cualquier manera.

Me asomé un poquito, para poder decidir, pero sólo veía luz y escuchaba unas voces al fondo, pero no las entendía.

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero mi gato blanco volvió corriendo, no sé cómo había salido, ni cuándo, ni si volvía porque se había asustado o porque me estaba buscando.

Seguia sin aparecer mi zapatilla, así que decidí quitarme la que tenía puesta...o todo o nada y seguí mi instinto gatuno:

cuando traspasé el umbral vi sorprendida que no había nada más que un gran espacio en blanco, cerré un momento los ojos y al abrirlos comenzaron a salir estanterías repletas de cosas, objetos, imágenes, sucesos, a ambos lados, como si estuviera en Matrix, pero no tenia un rayo congelador o lo que sea que necesitase para poder detener todo aquello.
Y de la misma manera que apareció...desapareció.

Así que me quedé con las manos vacías.. mirándolas, como  si fueran las culpables de no haberse alargado para elegir algo, lo que fuera.

De nuevo un espacio en blanco...y voces al fondo que comprendí que no podría alcanzar, así que retomé mis pasos.

En la puerta me esperaban el gato... y la zapatilla.

Me dí media vuelta y seguí durmiendo...




Un espacio en blanco, donde todo es posible si puedes materializarlo, si lo tienes claro.