Buscas y no hay nada...eco...
Quedarse en blanco, no encontrar una respuesta (la que sea), no encontrar las llaves de casa...todo lo que se queda en la punta de la lengua (como si allí estuviera localizada la neurona archivera).
Porque una cosa es decidir no hacer ni decir nada, dar un voto en blanco y otra es querer y no poder reaccionar.
Sentir esa tensión en el cuerpo, ese bloqueo, que te impide hablar, pensar, casi hasta respirar.
Esos ataques de amnesia repentinos en el momento más inoportuno.
Como si tuviéramos una tara genética, un cerebro en periodo de prueba.Y cuando pasa la tensión, la situación...llegan todas las respuestas, todos los datos.
Tu secretario cerebral se ha despertado y te pone el informe en las manos.
Tarde...ya nada puede arreglarlo, o si, pero tarde y eso dice algo de tí que no es cierto y te repatea el estómago y los sesos.
Dicen que más vale tarde que nunca, pero, algunas veces, tarde es sinónimo de nunca.