jueves, 12 de enero de 2012

El duende y yo

Entonces saqué de la maleta al duende que llevaba escondido.
Aún no me lo podía creer, había capturado un duende y eso sin creer en hadas ni cosas por el estilo.
No respondió muy bien cuando lo saqué de nuevo a la luz, es más, me insultó con ganas. No me extraña, una maleta no es un lugar muy cómodo.
Pero aún se enfado más cuando empecé a reirme, no lo podía evitar.
Me llamó "hombre de las cavernas", "saltamontes sin patas" y un sinnúmero de cosas similares...y aún peores (no sabía que los duendes fueran tan malhablados).
-Vamos a ver - traté de serenarle - eres un duende ¿no?
- Y tú una mala bestia - me respondió.
- De acuerdo, lo soy - acepté- ¿dónde vives?
- ¿Y a tí que te importa?- espetó.
Me dejó sorprendido y no supe que responder.
- ¿Qué pretendes hacer conmigo? - me preguntó.
Buena pregunta pensé.
- Nada - le dije.
En realidad me dí cuenta de que no sabía por qué le había cogido de la ventana y le había metido en la maleta que acababa de comprar.
- Soy una mala bestia, puedes irte o hacer lo que quieras, lo siento - le dije de corazón.
Me sonrió guiñándome un ojo y desapareció.
...Silencio espeso....
Mi amigo me miraba con una sonrisa maliciosa:
- Claro....y que dices que te habías fumado???

Ahora entiendo la sonrisa del duende...sólo él y yo sabremos lo que realmente ocurrió.

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